Comenzamos las Jornadas Culturales con el clásico pregón. Nos trasladamos al edificio de los mayores, que para los pequeños, es toda una excursión. Allí nos encontramos con todo el alumnado de todas las etapas.

El alumnado de 4ºESO dieron paso a todas las intervenciones, con los compromisos que queríamos adquirir para este curso.

Nos comprometimos a no malgastar el agua y a apagar las luces siempre que nos las encontremos encendidas.

Después un grupo de secundaria vino a nuestras clases a ayudarnos a hacer una gran tarea , pero antes de mancharnos las manos de barro, hicimos una presentación y contamos a cada uno y a cada una cuáles eran nuestras plantas favoritas. Contamos también, la importancia que tiene la naturaleza en nuestro día a día.

Después hicimos un taller de Nendo Dango o bombas de semillas con las que conocimos un montón de materiales nuevos. Disfrutamos amasando el barro, descubrimos semillas de distintos tipos de plantas, aprendimos que hay animales que les gusta comer semillas y tuvimos que protegerlas con especias que no son de su agrado, como el ajo y la pimienta.

Después de mucho rato amasando y habernos manchado muchísimo las manos, que es lo que más nos gustó, dimos forma de bola a las bombas de semillas.

Por la tarde vinieron las familias y después de contar el cuento de Petra ( Ed. Juventud) nos animamos a decorar piedras que habían encontrado en los parques.

Días más tarde unimos todas esas piedras decoradas en un gran camino que decora ahora nuestro huerto.

El jueves nos centramos en el reciclaje. Aprendimos que hay cinco tipos de contenedores y que hay un montón de basura que clasificar.

Aprendimos también que debemos cuidar mucho nuestro medio ambiente. Siempre que tiremos una basura al suelo, seguramente acabará en un sitio no deseado. En lo que todos estábamos de acuerdo, es que no nos gusta nada encontrarnos basura en nuestro entorno.

Volvimos a pedir colaboración a las familias esta vez para hacer una gymkana.  Como el tiempo amenazaba con arruinarnos la actividad, decidimos hacer todas las actividades en las aulas.

En total fueron seis juegos:

• Uno para aprender qué alimentos vienen del huerto y qué alimentos cogemos del árbol
• Otro para aprender a reciclar colocar cada basura en su lugar
• Reutilizamos tetrabriks y les dimos una segunda vida convirtiéndolos en unos bolos extraordinarios .
• También hablamos de energías renovables y por un tiempo nos convertimos en molinos de viento que eran capaces de mover pequeñas bolas .
• Salvamos a un montón de patos de agua sucia y con barro para llevarles a un espacio limpio.
• Y usamos muchos bricks como ladrillos para construir grandes castillos

Por la tarde, volvimos a pedir ayuda a las familias, esta vez para hacer una guía de gestión de residuos y aprender a separar la basura del contenedor amarillo, de la basura del contenedor marrón.

El viernes tocó irse de excursión y nos fuimos al huerto urbano de Congosto. Allí nos recibieron Antonio y Flori que voluntariamente se dedican a cuidar y a enseñar el huerto.

Ellos saben mucho de reutilizar, ya que sus bancales,  su cartelería y en general los espacios del huerto, están hechos con materiales que habían sido  desechados.

En esta época nos hemos encontrado patatas, calabazas, coliflor y alguna que otra fresa rezagada.

Nos enseñaron a cribar la tierra, a reutilizar los alimentos que ya no se consumen haciendo compost, a machacar cáscara de huevo para mejorar los nutrientes de la tierra y regar la tierra para que las plantas crezcan fuertes y sanas.

Descubrimos que tenían una mascota. Un gato que hacía de vigilante para que otros animales no accediesen al huerto.

El alumnado de cinco años, además, vivió una gran aventura ya que fueron al huerto de Congosto en transporte público. Para ello, la EMT nos asignó dos operarios que nos acompañaron en todo momento .Casi fue lo mejor de la excursión.

Por la tarde, tocó bailar. Esta vez, por las energías renovables y en concreto las placas solares que pronto formarán parte del tejado de nuestro colegio convirtiéndonos en un colegio un poco más sostenible gracias al proyecto Aurora.