De antigua alumna a madre del cole
Son cuatro las historias que hemos recogido para esta parte del aniversario. Hablamos de las familias que actualmente tienen a sus hijas e hijos en el Centro, y que están viviendo con ellos experiencias similares a las que vivieron ellas en su infancia, ya que son antiguas alumnas.
Esta vez han sido Caridad Gonzalez, de la promoción del 75, y Rosalía Aliseda, Yolanda Navarro y Laura Benitez, de la promoción del 86. Han compartido con nosotros sus recuerdos y anécdotas, y han reflexionado sobre la evolución del cole desde su infancia hasta hoy en día.
Esto es lo que nos han contado:
CARIDAD GONZÁLEZ GARCÍA (Promoción – SEPTIEMBRE 75)
¿Qué anécdota recuerdas con cariño del cole?
Recuerdo que nada más incorporarme al cole en 1º de EGB, con José Luis, lo primero que te decían los profes era que les trataras de TÚ. En aquella época lo que escuchabas a tus amigos del barrio cuando se tenían que dirigir al «maestro» era: DON, SEÑORITA, PROFESOR, USTED…
Era un acto atípico en la época en la que yo sentía que mi cole era mejor porque los profesores nos trataban de igual a igual jajajaaja.
¿Por qué crees que tus padres eligieron el cole para tí?
Teníamos unas vecinas que de modo altruista ayudaban a los niños del barrio con los deberes, ellas estaban vinculadas al Centro Cultural Palomeras de algún modo ( no recuerdo como). Mis padres no estaban muy contentos con el cole al que íbamos. Ellas mismas les hablaron muy bien del CCP y les animaron a que nos llevaran allí.
Se dejaron llevar y 45 años después aquí estamos reviviendo la historia.
¿Por qué has elegido el cole para traer a tus hijos?
Tengo que decir que por proximidad a nuestra casa, no jajajajaja (vivimos en Pinto).
La realidad es que creo que me dejé llevar un poco por los recuerdos y los sentimientos. Yo quería implicarme con mis hijos de la manera que ví que en su día hacían nuestros padres en todo lo referente al cole, más que un cole, era como una empresa familiar. Los 3 primeros días de cada mes los padres cobraban la cuota escolar (50 pesetas por niño), me sentía importante viendo a mi madre sentada en la mesa participando, en eso y en otras cosas como la limpieza del colegio que se hacía a fondo una vez a la semana. He podido comprobar esa misma sensación en mis hijos cada vez que he tenido la oportunidad de participar en obras de teatro, talleres, excursiones…
¿Crees que tus hijos están viviendo una experiencia similar a la tuya?
Como he dicho antes creo que sí. Aunque la situación ha cambiado bastante y tenemos más comodidades en el cole y menos tiempo para poder dedicarnos a nuestros hijos dentro del centro. Hemos sido afortunados de poder disfrutar de los talleres, el día verde, hacer los disfraces de carnaval… Y sobre todo que el cole nos haya inculcado desde infantil esa relación que era bueno tener fuera de las aulas donde los niños y las niñas han convivido estrechamente. Yo tengo que decir que de esas salidas hemos creado una nueva familia con la que no contábamos antes de entrar a este centro, de la cual guardamos parte de nuestros mejores recuerdos. ASÍ ES NUESTRO CCP.
ROSALIA ALISEDA (Promoción del 86)
¿Qué anécdota recuerdas con cariño del cole?
Aún recuerdo la canción del «caballo trotón» que nos cantaba Guadalupe en preescolar.
Recuerdo que cuando aprendíamos las tablas de multiplicar y se las decíamos a Felisa correctamente, pasábamos a ser profesores y nos poníamos en un lugar de clase a preguntar las tablas a los demás compañeros y no valía dejar pasar un fallo.
Cuando se casó Felisa estábamos en 2º o 3º y se fue de viaje de novios a un safari y nos trajo animales tallados en madera. Luego se quedó embarazada y durante su baja trajeron una sustituta, una señora mayor para nosotros, a la que no hacíamos caso. Felisa se enteró y un día estuvo escuchando en secretaría (que estaba puerta con puerta con nuestra clase) y nos llevamos la bronca del siglo. La tuvieron que sustituir, y vino un chico joven que enseguida se hizo con nosotros. De esa mujer aprendimos los números romanos perfectamente.
Recuerdo perfectamente cómo era el edificio y la distribución de las clases del «colegio de abajo» y el solar donde hacíamos el recreo.
Cuando se estaba construyendo el colegio nuevo, los profesores pidieron a mi abuelo materno que fuera a supervisar las obras (era oficial de primera de construcción). Después me contaba que la calefacción iba por el suelo y que tenía unas columnas amarillas.
Me acuerdo de muchas excursiones como ir al periódico «El país» o una fábrica de pan….. Pero las que más cariño tengo son un intercambio con otro colegio. Cuando nosotros fuimos tenían una grabación de un programa de radio y el profesor nos dijo a otro compañero y a mi que participáramos. Estaba muy nerviosa, pero fue enriquecedor. Y la otra fue un viaje de fin de curso, que fuimos a Granada. Nos alojamos en una casa o colegio regentado por religiosas, íbamos a nadar a una piscina municipal cercana al colegio. Y fuimos toda la clase a ver los 12 goles de España contra Malta a un bar (no entramos, lo vimos a través del escaparate).
¿Por qué crees que tus padres eligieron el cole para tí?
Supongo que sería porque estaba cerca de la casa de mis abuelos maternos, que vivían en la calle 20.
¿Por qué has elegido el cole para traer a tus hijos?
Porque me gustaba la educación que recibí yo.
¿Crees que tus hijos están viviendo una experiencia similar a la tuya?
No
LAURA BENÍTEZ CAMACHO (Promoción del 86)
Entré en el colegio en el curso escolar 1986-1987. Era una niña que había pasado por tres colegios debido a circunstancias familiares. Entré en 5º de E.G.B. con Rafi como tutora, y con Marisa Barroso y Paco como profesores. Y con ellos, continué hasta 8º. Empezar de cero de nuevo, fue todo un reto, pero lo que no sabía entonces , era que aquel cole se iba a convertir en “Mi cole”, por todo lo que me ofreció y aprendí en él.
Rápido pude darme cuenta que no era un cole cualquiera. Era un cole con tintes muy humanos. Las/os profesoras/es podían ver a la persona que había detrás de cada una de nosotras/os. Las diferencias se aceptaban y se incluían. El apoyo y la ayuda mutua era una de las principales herramientas de aprendizaje que nos enseñaban; éramos un grupo, y nos sentíamos un grupo. Todas/os y cada una de nosotras/os, aportaba su granito de arena, tanto en los aprendizajes académicos como en los emocionales y sociales. En definitiva, un lugar donde había sitio para todas/os, y todas/os nos ayudábamos.
Otro de los mensajes que me quedó grabado era lo presente que estaba en el día a día el “Ser persona”. ¡Cuántas veces lo escuché! Qué necesario es aprender a Ser, y mas aún, en la sociedad actual donde poco importa el Ser y muchísimo el Tener. Y yo me pregunto, dónde se puede llegar sin saber quién uno es.
Por otro lado, no puedo olvidarme de cómo se fomentaba el espíritu crítico en nosotras/os. Teníamos una vez a la semana, la llamada “ Asamblea” , donde se nos ofrecía la oportunidad de exponer nuestras propias ideas, debatir y discutir sobre diferentes temas, y siempre con una regla imprescindible, “el respeto propio y ajeno”.
Y no puedo dejar de mencionar a las personas que hicieron posible este espíritu de enseñanza : sus profesoras/es, o mejor, como me gusta más llamarles, maestros. Personas que enseñaban desde el ejemplo, cercanas, siempre preocupados por su alumnado y con una enorme implicación y convicción en el proyecto de enseñanza de este cole del barrio de Vallecas.
Así que, por todo esto, el Centro Cultural Palomeras se convirtió en MI COLEGIO, y el que ha dejado una bonita huella en mi infancia.
Actualmente, formo parte del colegio desde otro lugar, como madre de Mario. Sabía que en el C.C.P., mi hijo aprendería no sólo conocimientos teóricos sino humanos, y se sentiría como en familia.
Para terminar, me gustaría finalizar mi experiencia en el colegio con agradecimientos y una humilde poesía que me apetecía escribir para este momento especial, el 50 Aniversario. En primer lugar, agradecimientos a mis padres, Antonio B. y Rosa M.ª C., porque sin su implicación ,esfuerzo, preocupación y amor como padres en la búsqueda de un cole mejor, no hubiéramos tenido la suerte mi hermana ni yo de estar en el C.C.P. Y por último, a nuestras maestros/as: Paco, Marisa y Rafi, y por supuesto al resto de profesores que han formado y forman parte de este colegio. Gracias.
MI COLE
Centro Cultural Palomeras,
cole de Vallecas,
sin límites ni fronteras.
Caben las semejanzas y las diferencias
de todas las personas que lo integran.
Lugar humilde con valiosas metas.
Enseñar a SER personas
es su principal bandera.
Sé quién eres
es su lema.
Maestros que guían en el aprendizaje
de conocimientos y de vida.
Espíritu crítico y libre,
todas las opiniones cuentan
y se respetan.
Cole con intensos aromas
Esencia humana es la que se respira
Cole con corazón
latiendo por todas las personas de su interior.
Centro Cultural Palomeras
Gracias, de veras.
YOLANDA NAVARRO (Promoción del 86)
Mi familia lleva mucho tiempo ligada al colegio, tres de mis hermanas y yo fuimos al CCP y ahora está mi sobrino en secundaria y mi hija en primaria.
Yo empecé en el antiguo colegio con siete años, mi primera profesora fue Fuensanta, y la diferencia del cole anterior a este cole lo noté el primer día, en este colegio a los profes no se les llamaba profesor/ra o señorita, había que llamarles por su nombre, y lo difícil que me resultó acordarme del nombre de Fuensanta.
Esa época fueron momentos de muchos cambios para todos, nos mudamos al colegio nuevo y a los pisos también nuevos, pasamos de vivir en las casas bajas a unos edificios super altos, de estar en la calle prácticamente todo el día a encerrarnos poco a poco en los pisos. Lo bueno era que todos estábamos inmersos en esos cambios, tanto profesores como alumnos, ya que muchos profesores también vivían en las casas bajas, por lo que nos entendíamos todos perfectamente.
Recuerdo muy bien cuando nos tuvimos que cambiar al colegio nuevo, a los que aún vivíamos en las casas bajas nos pusieron un autocar para llevarnos al nuevo cole, para nosotros fue todo un acontecimiento, colegio nuevo y encima en autocar.
La relación que había entre madres/padres con los profesores era muy cercana, ya que, al vivir en el mismo barrio, incluso en el mismo portal, a las familias las conocían muy bien y sabían perfectamente la problemática de cada uno. Muchas «tutorías» se hacían en la fila de la frutería, panadería…lo que para los niños/as no era tan bueno, nuestros padres y madres se enteraban de todo enseguida.
A Rafi la tuve de tutora durante varios años, aún la veo en clase con el micrófono, enseñándole el material escolar utilizado para que nos diera uno nuevo, el lápiz tenía que ser bien pequeño, y cuando nos tocaba limpiar la clase, al fregar, decirnos que había que apretar la fregona para no extender la suciedad, y especialmente recuerdo, cuando estaba en la calle y al día siguiente tenía examen me mandaba a casa a estudiar. En esos momentos yo pensaba que era estricta y dura, pero realmente, tenía una gran implicación tanto con el colegio como con sus alumnos.
A Paco también le recuerdo con mucho cariño, a pesar de ser estricto, tenía mucha paciencia y transmitía mucha tranquilidad.
A ningún profesor/ra le importaba dejar de dar una clase para resolver conflictos que pudieran surgir o dudas de los acontecimientos que estaban pasando en esos momentos.
Cuando aún los veo en las fiestas del cole que se hacen ahora, me da mucha alegría y me sorprende gratamente la relación que mantienen todavía con el colegio.
En aquella época, participábamos en actividades con otros colegios de la zona, el colegio tenía equipo de fútbol y de baloncesto, en el que yo estaba, y jugábamos una liguilla con los colegios de alrededor. También en carnaval salíamos por el barrio juntándonos con los colegios de la zona para hacer el desfile.
Lo que realmente marca la diferencia del cole no son los conocimientos que pudimos adquirir, ya que a lo largo de la vida y en cualquier colegio puedes aprender. Es, entre otras cosas, la implicación en los problemas del momento y transmitir una serie de valores que nos marcaran toda la vida; hicimos pintadas en el patio de no a la OTAN, salimos a manifestarnos en contra de la guerra, nos enseñaron educación ambiental, a respetarnos, a resolver conflictos entre nosotros con asambleas, aceptar las diferencias sin juzgar, igualdad entre hombres y mujeres… Y creo que, muchos de los padres antiguos alumnos, decidimos llevar a nuestros hijos a este cole, entre otras cosas, por este motivo, por la implicación de todos los que forman parte del colegio, por la educación en valores, que es fundamental, por no juzgar y por sentirnos que formamos parte de la vida del colegio.
Muchísimas gracias por compartir con nosotros vuestros recuerdos y transmitir con ese cariño vuestra experiencia en el cole. Nos alegra que aun con el paso de los años, sigamos teniendo la esencia con la que se creó.